Respondiendo a las indicaciones Pastorales de la Santa Sede y con motivo del creciente acercamiento a los Sacramentos de la Iniciación Cristiana de niños y jóvenes del pueblo Gitano, se realizó, bajo la coordinación de la familia Todorovic, la Santa Misa con las diversas familias que viven en el territorio parroquial.
Dice el documento, "Orientaciones para una Pastoral de los Gitanos":
«Del nacimiento a la muerte, la condición de cada uno es la de homo viator», afirmó el Siervo de Dios Juan Pablo II; y esto lo expresa, como un icono, el tipo de vida de los Gitanos. Sin embargo, hay indiferencia u oposición hacia ellos: de los prejuicios habituales, se pasa a signos de rechazo que, con frecuencia, no suscitan reacciones o protestas por parte de los que son testigos. Esto ha causado indecibles sufrimientos y ha dado pábulo a persecuciones de las que ellos han sido víctimas, especialmente durante el siglo pasado. Esa situación debería, pues, sacudir las conciencias y despertar la solidaridad hacia estas poblaciones, mientras la Iglesia reconoce su derecho a tener una identidad propia, y hace lo posible por lograr una mayor justicia para ellas, respetando la cultura y las sanas tradiciones. Los derechos y los deberes, sin embargo, están vinculados estrechamente y, por tanto, también los Gitanos tienen deberes respecto a las otras poblaciones.